domingo, 22 de abril de 2012

Si existiera una tradición educativa en secundaria. ¿Serian necesarias las reformas?




No, puesto que las reformas surgen como consecuencia de las prácticas educativas  tradicionales que tiene el sistema en general, por tanto una reforma se lleva a cabo para dar respuesta a las nuevas demandas del mundo actual, que cada vez es más complejo y requiere de alumnos mejor preparados que respondan favorable y efectivamente a dichas demandas, buscando los beneficios tanto personales como sociales que éstos puedan generar.   

Fundamento legal de la reforma a la educación secundaria





Las bases que sustentaron la Reforma Educativa fueron fruto de numerosos estudios y planteamientos aportados por todos los grupos sociales. La apreciación y la interpretación continua de la realidad del país determinaron los objetivos generales fijados.  La política educativa es producto de trabajos y reflexiones de estudiantes, padres de familia, maestros, especialistas en los distintos campos del conocimiento  y, en general, de todas las personas interesadas en la educación.  Estos planteamientos se fundan en la experiencia histórica y toman en cuenta, tanto nuestras circunstancias-actuales, como la previsión del futuro.

El artículo tercero constitucional establece los principios rectores de la educación; determina sus propósitos, e indica sus características.
La Reforma Educativa se concibió como un proceso y consiste en la continua ampliación y reorientación del sistema educativo.  Ampliarlo, para que lleve sus beneficios a todos los sectores; reorientarlo, para crear en las personas una capacidad de reflexión crítica que les permita advertir su circunstancia individual y el papel que desempeñan en la colectividad.

La Reforma Educativa es integral y articula orgánicamente los diversos componentes del sistema. Establece nuevos procedimientos de democratización de la vida educativa y, en consecuencia, de la vida nacional, con lo que amplía la difusión de la cultura. La reforma postula la incorporación, en igualdad de condiciones, de la educación extraescolar, que se estima no sólo complementaria de la escolar, sino equivalente a ella, pues el aprendizaje no se obtiene únicamente a través de las vías escolares tradicionales.

La reforma fortalece, además, los mecanismos de actualización del maestro, considerado como factor primor dial de la educación; favorece la investigación y experimentación educativa y estimula en los alumnos una actitud activa durante su aprendizaje, a fin de que se hagan responsables de su formación.  Capacita al educando para comprender la realidad y desarrolla en él las facultades creativas y la propia iniciativa para que esté en condiciones de continuar los estudios e incorporarse  productivamente a la sociedad.  Se


La Reforma Educativa se propuso algunas metas que reiteran viejas aspiraciones de nuestro pueblo; otras, en cambio, expresan aspiraciones más recientes, pero no menos imperiosas.  Son proposiciones viables que pueden alcanzarse en la medida que el Estado y los particulares cumplan con la parte que les corresponde.  La Reforma Educativa se funda en una concepción del proceso educativo como fenómeno condicionado y no sólo condicionante; ello quiere decir que no le ha sobreestimado en ningún momento  el poder de la educación, atribuyéndole una causalidad eficiente que, sin duda, no posee.

La Reforma Educativa está concebida como un proceso permanente de cambio. Consiste en la continua ampliación y reorientación del sistema educativo.  Ampliarlo para que lleve sus beneficios a todos los sectores, dando prioridad a quienes han carecido de ellos.  Reorientarlo para crear en las personas una capacidad de reflexión crítica que les permita advertir su circunstancia individual y el papel que desempeñan en la colectividad.

La Reforma Educativa presupone un movimiento de la sociedad entera para liquidar contradicciones que impiden un crecimiento armónico.  Enmarcada por el artículo tercero constitucional, proyecta la educación al servicio del hombre, entendido como un ente social.  La reforma es perfectible, pero el conjunto de sus proposiciones responde a la fe que se ha depositado en la educación nacional.